Hoy, en el #CeibaBlog, escribiré sobre cómo podemos afrontar los retos laborales y personales que tendremos en los próximos años, ya que vivimos una época compleja, ambigua, que tal vez no comprendemos y que viene acompañada de mucha incertidumbre.
Nuestra realidad hoy
Una época en la que si no nos adaptamos, tomamos conciencia, generamos un plan de acción, nos informamos y formamos, no estaremos preparados para los cambios exponenciales que está teniendo la sociedad y el mundo.
Iniciaré con una pregunta, ¿cómo es nuestra realidad laboral hoy?, según mi experiencia la respuesta es: de mucha incertidumbre. ¿Por qué?
- Nuevas vivencias: lo que hemos vivido durante y después de la pandemia con respecto a los diferentes ámbitos de la vida personal y laboral. Aprender nuevas habilidades técnicas, desarrollar habilidades esenciales, ser conscientes de sentir y afrontar pérdidas familiares, laborales y materiales.
- Igualdad de importancia de los conocimientos técnicos y las habilidades esenciales.
- Algunas profesiones y/o empleos han desaparecido: tal vez cambió la forma en que se desarrollaba dicha actividad, se están creando nuevos empleos y profesiones para las necesidades actuales y futuras.
- Cambios exponenciales: económicos, políticos, tecnológicos, etc. a nivel mundial.
- Y muchas otras más…
¿Cómo gestionamos estos cambios y enfrentamos la incertidumbre?
Este es el quid del asunto, ya que cómo gestionemos el cambio y enfrentemos la incertidumbre, así nos saldrá todo lo demás.
He leído e investigado sobre este tema, por lo que he concluido, que los seres humanos desde nuestro nacimiento estamos listos para el cambio, tomamos riesgos, no le tememos a nada y lo hacemos inconscientemente, aprendemos a gatear, caminar, hablar, montar patines, etc. Cada acción nos llevaba a desafiar normas, a superarnos y aprender cosas que nos hicieron la vida más fácil y feliz. Pero en algún momento de nuestra vida nos atrapó la costumbre de la vida tranquila y cómoda, por lo que terminamos por atrofiar nuestros propios instintos y nos volvimos expertos en sacar excusas para afrontar el cambio, desafíos, incomodidades y miedos. Ejemplo, en encuestas de Gallup encontraron que sólo 1 de cada 8 personas en el mundo está contenta en su trabajo. Triste, ¿no?
Acá les dejo una reflexión del bioquímico y profesor especializado en el funcionamiento de la mente, Joe Dispenza:
Destacado: “Tener los mismos pensamientos de siempre nos lleva a tomar las mismas decisiones. Tomar las mismas decisiones nos lleva a manifestar la misma conducta. Manifestar la misma conducta nos lleva a crear las mismas experiencias. Crear las mismas experiencias nos lleva a tener las mismas emociones. Y tener las mismas emociones nos conduce a los mismos pensamientos de siempre”.
¿Cómo hacemos para recuperar el rumbo, para hacer gestión del cambio y no tener miedo a la incertidumbre?
Les comparto algunos tips que he experimentado o he visto en otras personas.
- Seamos conscientes de la nueva realidad laboral y personal.
- Interesémonos y conozcamos hacia dónde estamos evolucionando: cómo se está haciendo esta evolución, qué desafíos tenemos.
- Informémonos constantemente: sobre lo que sucede en la industria a la que pertenecemos y en el mundo en general. Esto nos ayuda a tomar decisiones informadas y anticipar cambios.
- Gestionemos el miedo: permitámonos sentirlo y actuemos. Quedarnos paralizados no aporta en nada.
- Dejémonos de criticarnos cuando cometemos errores: en vez de esto, aprendamos de ellos y corrijamoslos.
- Capacitémonos y pongamos en práctica habilidades esenciales: la colaboración, comunicación, flexibilidad, escucha activa, transferencia de conocimiento, empatía y resolución de problemas.
- Enseñemos y compartamos con las demás personas el conocimiento que tenemos, así aprenderemos más de nosotros mismos y de otros.
Las dos que son mi Top y me han servido mucho en mis experiencias son:
- Seamos resilientes: es decir, tengamos la capacidad de sobreponernos a circunstancias de adversidad en nuestra existencia.
Personalmente, esta me costó mucho trabajo hasta que aprendí, no es imposible, pero es de mucha perseverancia, empatía y amor propio. - Tengamos la apertura mental a desaprender y aprender: conozcamos cosas nuevas y descubramos esos talentos que no sabíamos que teníamos.
Para mí, este punto ha sido de las mejores experiencias.
En la actualidad han desaparecido puestos de trabajo, algunos se están reinventando y otros se están creando. Estamos pasando por un momento de transformación que afectará: la forma de afrontar los proyectos, de reclutar colaboradores, de asistir a la oficina, de educarnos, de trabajar, de vivir… ¿Es posible adaptarse a lo que vendrá? Claro que sí y todo depende de cada uno de nosotros.
Finalmente, todo depende de cómo queremos vernos en el futuro. Para esto la clave es accionar, debemos movernos; en este momento, no sirve mucho tener dos carreras, hablar tres idiomas o haber cursado maestrías o doctorados, si no aprendemos cosas nuevas, resolvemos problemas, trabajamos en equipo, nos comunicamos asertivamente, no sabemos sentir o si no valoramos los talentos de cada coequipero.
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Referencias:
Libro “Knowmads: los trabajadores del futuro” de Raquel Roca