Juliana Betancur R. Gerente de Proyectos y Scrum Master de Ceiba Software, nos cuenta su experiencia con Metodologías Ágiles:
¿Qué sentimientos se presentaron cuando tuviste que cambiar de rol?
Algo natural para los seres humanos es el temor o resistencia al cambio. Cuando hace dos años, en Ceiba, empezamos a trabajar con el marco de trabajo ágil SCRUM, lo primero que se nos pasaba por la cabeza era: ¿cómo hacer para que los impactos negativos en los equipos de trabajo sean los menores posibles? ¿Cómo lo tomarán los clientes? ¿Nos funcionará exitosamente?
La mejor forma de averiguarlo era empezar a ponerlo en práctica cuanto antes. Un punto muy positivo era que todos estábamos aprendiendo y los errores se veían como oportunidades de mejora para todo el equipo. Creo que desde el inicio vimos con claridad los beneficios y estuvimos motivados para enfrentar este nuevo reto como organización.
¿Cuál fue la parte más difícil en el cambio de rol y cómo lo superaste?
Tuvimos que dedicar algo más de esfuerzo para interiorizar la manera en la que el cliente, ahora bajo el rol de Product Owner, debía especificar sus necesidades en forma de historias de usuario, pues anteriormente solo recibíamos los requisitos, y se consultaba con los usuarios si teníamos alguna duda. Ahora, en cambio, contábamos con un espacio dedicado a definir con claridad lo que íbamos a trabajar en la próxima iteración: las reuniones de planning. En este espacio el Product Owner, los team members y el scrum master nos reunimos para planear y conversar sobre las funcionalidades que vamos a desarrollar, para cada una de ellas pensamos cuál es el actor que necesita la funcionalidad, el detalle de la misma y el beneficio que espera obtener.Esta última parte del beneficio esperado es muy valiosa, pues nos pone a pensar en el impacto que tendrá nuestro desarrollo en el negocio, permitiendo priorizar historias de usuario que se traducen en mayor valor de negocio que otras que se creían más prioritarias.
¿Qué beneficios has encontrado con la nueva forma de trabajo?
Trabajar con marcos ágiles ha significado un gran cambio en la forma como hacíamos las cosas, con iteraciones más cortas podemos:
Ser más flexibles: Somos conscientes de que las necesidades del cliente cambian constantemente y podemos ajustar las prioridades sprint tras sprint.
Fallar rápido. Podemos probar diferentes formas de hacer las cosas e irlas ajustando a medida que pasan los sprint, sin esperar a que finalice el proyecto para darnos cuenta qué cosas podíamos haber hecho mejor.
Entregar un producto funcional al cliente tempranamente, desde los primeros sprints.
Otro gran beneficio es que se fomenta el trabajo en equipo. Los team members deciden cuál es la mejor manera de enfrentarse el incremento de trabajo que van a desarrollar, las daily meetings son un espacio valioso para coordinar el trabajo, ya que todos están informados sobre qué se ha terminado y qué se va a trabajar. Esto es algo que también se evidencia en las reuniones de review: el equipo prepara la demostración que hará al cliente y luego la presenta orgulloso, ya no es más el Gerente de proyectos quien se encarga de entregar el software al cliente -“dar la cara”- y recibir los comentarios positivos o negativos al respecto.
¿Cómo impactó en tu equipo el cambio de rol de tu parte?
Creo que uno de los mayores impactos en el cambio de rol es que ahora no soy yo la que decide en qué va a estar trabajando cada uno de los integrantes del equipo. Ahora estamos muy bien encaminados a ser equipos autogestionados: cada integrante del equipo decide, de acuerdo a las prioridades definidas, cuál es la siguiente tarea que debe ser ejecutada. Mi labor se centra más en apoyar al equipo y remover impedimentos para que puedan ejecutar dichas tareas dentro de lo planeado y lograr el compromiso del sprint.